Los interiores: construir, habitar y usar
Loos retorna la arquitectura a sus orígenes esenciales, donde construir y habitar coinciden; en el interior, el “yo soy” del individuo puede hacerse realidad. El interior retrata la arquitectura como espacio de uso, vacío, teatralizado y permanentemente inacabado, para llenarlo de vivencias. En él proyecta la máxima confortabilidad, lo reviste con materiales duros como el mármol, pero también con materiales blandos, como tejidos y alfombras, con colores pálidos, rosas pastel, azules y verdes que le dan un toque femenino. La relación entre “arquitectura” y “sastrería” se extiende a los establecimientos comerciales.
“No proyecto planos, ni fachadas, ni secciones. Proyecto espacio. A decir verdad, no hay ni planta baja ni piso superior ni subsuelo, solo hay espacios (piezas) que se comunican, vestíbulos, terrazas. Cada pieza (espacio) necesita una altura determinada. La del comedor difiere de la de la oficina. Es por ello que los techos tienen alturas distintas. Se deben unir los espacios entre ellos de manera que el pasaje sea imperceptible y natural, pero de la forma más eficaz.”
Adolf Loos