Matèria Animal

La relación entre los humanos y no humanos ha estado marcada por una lógica antropocentrista que ha reducido a estos últimos a recursos a explotar o a propiedades. La materia animal ha sido omnipresente en los objetos cotidianos, pero su explotación ha contribuido significativamente al cambio climático, la extinción de especies y la destrucción de hábitats. Aunque el bienestar animal comenzó a ser una preocupación en el siglo xviii, nuestra relación con la materia animal ha evolucionado en las últimas décadas hacia otras posiciones éticas. La prohibición de comercializar materiales como el marfil y el carey en la Unión Europea evidencia un cambio en nuestra percepción y abre la puerta a seguir transformando estas dinámicas en el futuro.

En este contexto, el diseño contemporáneo busca alternatives que reduzcan la dependencia de la materia animal. Incluso recursos como la lana o el cabello humano están siendo revalorizados para ofrecer soluciones innovadoras y responsables. Estas prácticas no solo responden a preocupaciones éticas, sino que también replantean el diseño como un campo capaz de armonizar las necesidades humanas con el respeto hacia todas las formas de vida.