Salud

Supositorios de glicerina Vilardell. Cartel. Cartón. c. 1930. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga

R. Simonet. Agua de Corconte. Hojalata. c. 1930. Cirages Français, Santander. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga

Lucosta. Comprimidos litiados. Expositor de escaparate. Cartón. c. 1930. Publicolor, Barcelona. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga
La generalización de la higiene personal y el progreso de la industria farmacéutica favorecieron la producción y el consumo de una serie de productos pensados para aliviar los pequeños problemas de salud cotidianos de grandes y pequeños, que acontecieron muy populares. Laxantes, reforzantes, aguas minerales o los famosos lithinés para disolver en una botella de agua corriente, pastillas contra la tos, dentífricos para una sonrisa de cine y emplastes contra el dolor puntual, eran anunciados con imágenes elocuentes y eslóganes cautivadores, en pro del bienestar personal y familiar.