1888–1910
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Vestido de novia. Carolina Montagne (1858–1941). Barcelona. 1905–1907. Crepé, gasa y glasé de seda, cinta de seda. Donación Manuel Rocamora, 1969. MTIB 88.114
![](https://www.dissenyhub.barcelona/sites/default/files/styles/exhibition_field_thumb/public/exhibition_field/mtib_88.120.jpeg?itok=hQhGr6wl)
![](https://www.dissenyhub.barcelona/sites/default/files/styles/exhibition_field_thumb/public/exhibition_field/mtib_88.146.jpeg?itok=Dcne4Z04)
Bellas en forma de “S”. El vestido deforma el cuerpo
El Modernismo aporta a las artes y la arquitectura decoraciones sinuosas que imitan la naturaleza. Los vestidos y tejidos no constituyen una excepción.
Pecho hinchado y basculado hacia delante, cintura estrechísima, vientre plano y pelvis hacia atrás: como una filigrana serpenteante (el famoso coup de fuet), el cuerpo de la mujer se deforma al máximo por acción del corsé y de la postura en “S”. A partir de 1900 la silueta se hace más esbelta y la falda, con corola, adopta forma de flor.
El traje de los hombres es el terno de chaqueta, pantalones y chaleco con bombín. De noche y en las ceremonias llevan levita, frac, esmoquin o chaqué con sombrero de copa.