Espacios masculinos y femeninos
![](https://www.dissenyhub.barcelona/sites/default/files/styles/exhibition_field_thumb/public/exhibition_field/90_29_hocker_62_web.jpg?itok=RjPu0QCW)
Taburete. 1903. Adolf Loos. Colección Hummel, Viena. Foto: Gisela Erlacher
![](https://www.dissenyhub.barcelona/sites/default/files/styles/exhibition_field_thumb/public/exhibition_field/94._35_img_2799_psyche_web.jpg?itok=LtA58s3n)
Tocador “Psyque”. Sobre 1915. Adolf Loos. Colección Hummel, Viena. Foto: Gisela Erlacher
![](https://www.dissenyhub.barcelona/sites/default/files/styles/exhibition_field_thumb/public/exhibition_field/99._50_img_2770_web.jpg?itok=TuPfYqVY)
Librería giratoria. 1910. Atribuida a Adolf Loos. Colección Hummel, Viena. Foto: Gisela Erlacher
Con la creación de los interiores, Adolf Loos preserva la intimidad del individuo de la esfera pública. Así, la fachada exterior es masculina y responde a la moral pública, mientras que el interior es femenino, protege la intimidad y es escenario de las propias vivencias. En los espacios interiores, las bibliotecas y los despachos son masculinos, y Loos los aísla del trajín doméstico de la casa. Los espacios más íntimos, alcobas o dormitorios, destinados a la sexualidad y la reproducción, son femeninos. El contraste entre un despacho y el revestimiento sensual del dormitorio de su primera esposa muestra esta aproximación entre arquitectura y género.
“El primer ornamento que nació, la cruz, tenía un origen erótico. […] Una línea horizontal: la mujer yacente. Una línea vertical: el hombre penetrándola. El hombre que lo creó sintió el mismo impulso que Beethoven, se encontraba en el mismo ciclo que Beethoven al escribir la Novena.”
Adolf Loos