El boom de la publicidad. Reclamos de hojalata, cartón y azulejo. 1890-1950
El boom de la publicidad. Reclamos de hojalata, cartón y azulejo. 1890-1950: Foto:Xavi Padrós
Fábrica de Corsés. Farrás y Ribé. Plafón cerámico, vidriado y tubado. c. 1923. Cataluña Imperial Anuncios. Valencia Industrial. Museu del Disseny de Barcelona
Gallina Blanca. Caldo en cubitos. Cartel. Hojalata. c. 1940. Indústria Metalgráfica, S.A., Barcelona. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga
Nescao. Producto Nestlé. Cartón. c. 1930. Rieusset Cía. Gral de Industrias Gráficas, Barcelona. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga
Gaspar Camps. Jean Paris. Cartón. 1931. B. Sirven S.A.E, Barcelona. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga
Talleres gráficos Arcadio de Bobes. Cartón. Barcelona, c. 1920. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga
Gerard Carbonell. Tentación. Perfumería Parera. Expositor de mesa. Cartón c. 1930. Seix & Barral Herms., Barcelona. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga
Juli Jener. Jugo de Oro. Cartón. c. 1930. Martí Marí y Cía., Barcelona. Colección Mateu Llinàs i Audet. Fotografía: Frederic Camallonga
Desde el 14 de diciembre de 2018 hasta el 31 de marzo del 2019 en el Museu del Disseny. Un recorrido a través de 250 piezas por imágenes publicitarias icónicas de marcas y productos de uso cotidiano: alimentarios, vinos y cavas, farmacéuticos, de higiene y perfumes, tabaco, maquinaria, seguros, entre otros.
Carteles bidimensionales de holata y cartón, piezas tridimensionales de gran formato que funcionaban como potente reclamo a la entrada de los establecimientos, figuras recortadas de medida real, llamadas showcards o displays, que fueron iconos populares de su tiempo. Un ámbito se dedica también a los letreros y carteles cerámicos.
La muestra quiere acercar a todos los públicos estos reclamos publicitarios, muy populares en su momento, concebidos como un producto efímero y que hoy han logrado consideración de patrimonio cultural por su dimensión comunicadora, artística y social. Es un patrimonio que evocará un pasado lejano a los mayores y que quiere despertar el interés de los más jóvenes al descubrir la fuerza de unos iconos que han perdurado durante casi un siglo.
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Las obras provienen de la Colección Mateu Llinàs i Audet de Barcelona -holata y cartón- y del Museo de Manises de Valencia-cerámica-.