1978, la dificuldad de las segundas partes
Durante la segunda edición el número de piezas expuestas se redujo a 10. También las producciones seleccionadas para los Premios Delta menguaron considerablemente respecto a las del año anterior (17 ante las 30 de 1977).
La segunda convocatoria estuvo marcada por el carácter artesanal de las piezas, que estaban más cerca del campo de las manualidades que del diseño, y predominó el recurso al gadget y una línea de objetos decorativos de inspiración pop.
La pieza más destacada de Disueño 78 fue el mueble de Carles Riart, Arcada, que pertenecía a su «Primera colección de muebles especiales». El jurado de los Premios Delta afirmó que «nos hubiera gustado tener acceso a la selección Disueño y poder mencionar la Arcada diseñada por Carlos Riart y lo mucho que nos gustaría encontrar en nuestro entorno cotidiano objetos con tan alto contenido poético. Ya que las bases excluyen a tales productos de la adjudicación de Deltas de Oro, propondríamos que dicho objeto recibiera en su defecto algo así como un “Sueño de Oro”». El mueble acabó recibiendo el premio de la Crítica otorgado por los profesionales del sector.
La otra presencia fuerte fue la de BD, que presentó dos reediciones históricas: una tabla de pie de hierro forjado y sobre de mármol, de regusto vienés y la reproducción de una serie de herrajes diseñadas por Gaudí, que durante los años setenta encajaba perfectamente con los valores que se estaban reivindicando: creatividad no sometida a las normas preestablecidas, libertad de expresión, formas fuera de los convencionalismos, piezas cargadas de valores sentimentales, emotivos o históricos.