Vestit Delphos

A pesar de que solo se conoce el nombre de Mariano Fortuny, la pareja formada por Henriette Nigrin (1877-1965) y Mariano Fortuny (1871-1949) trabajaron conjuntamente. En concreto, los trajes eran diseñados por Henriette Nigrin, tal como escribió a mano Mariano Fortuny en el documento de la patente de la túnica Delphos en 1909. Juntos diseñaron una serie de trajes revolucionarios para su época, puesto que permitían que el cuerpo de la mujer se moviera con libertad, adelantándose así a la moda de los años veinte. Esta acción quiere hacer visible el trabajo de las mujeres de creadores, muy a menudo creadoras ellas mismas a la sombra de sus parejas.

La túnica Delphos, inspirada en una estatua de hombre de la antigua Grecia, estaba destinada a la mujer de principios del siglo XX, liberándola del corsé que le oprimía el cuerpo. La túnica, que es coetánea con los otros vestidos de la vitrina, se diferencia en el hecho de que permite una gran comodidad y libertad de movimientos a la persona que la lleva.

Fortuny y Nigrin crearon una ingeniosa máquina para prisar los tejidos de seda. Los colores, obtenidos a base de tintes naturales extraídos de plantas y animales, los producía Fortuny en su fábrica de Venecia con un gran secretismo; tanto que, cuando murió, su mujer lo tiró todo en el canal.

La túnica Delphos tuvo tanto éxito que se continuó confeccionando con variaciones hasta finales de los años treinta: todas las mujeres con suficiente capacidad económica del mundo tenían que tener una.

Esta túnica era llevada por mujeres, pero podría ser vestida por todo el mundo, puesto que desde la antigüedad grecorromana hasta el siglo XIII todo el mundo vestía con telas drapeadas que caían desde los hombros libremente sobre el cuerpo, una indumentaria que ahora denominaríamos no binaria, agender o genderless, es decir, sin un género asignado.

 

 

Ajuntament de Barcelona