Historia de una donación
El diario que Lluís Maria Llubià llevaba de todas sus tareas al frente de la colección de cerámica de los Museos de Arte de Barcelona, “Actividades de un ceramólogo”, nos ha permitido documentar esta historia. Describe, con una gracia y espontaneidad propia de alguien que redacta unas notas en su diario personal, todo el proceso para conseguir la donación de las obras de Picasso.
Su estancia en Cannes con motivo de la exposición del año 1957 le permitió visitar a Picasso en su taller, donde el artista, generosamente, le ofreció escoger algunas de sus piezas para el museo que representaba. De aquella visita, Llubià saldría con el compromiso de donación, y vería la oportunidad de ofrecer un espacio y una nueva museografía a las colecciones. Es por eso por lo que le sugirió a Picasso la redacción de una nota manuscrita pidiendo que sus obras se expusieran junto con las de las colecciones de cerámica del museo en el plazo de seis meses.
El día 30 de julio de 1957, se inauguró en el Museo de Arte Moderno, situado en la Ciutadella, la esperada exposición, donde se pudieron admirar, por primera vez, las obras donadas por Picasso, acompañadas de una selección excelente de piezas de cerámica histórica española titulada “Selección de cerámica decorada de los Museos de Arte de Barcelona. Del siglo XIII a nuestros días”.