Del vestuario de “La Favorita” a la colección de Indumentaria histórica del museo
Desde la antigüedad, los humanos han alterado la forma y apariencia de su cuerpo mediante el vestido. El modo de vestirnos nos habla sobre los códigos morales, sociales y estéticos de cada época. La moda impone cánones de belleza y las siluetas y los volúmenes se modifican: la naturaleza deja paso al artificio. El vestido cambia las proporciones y transforma la relación de la persona con respecto al espacio y a los demás individuos. De allí su magia, que recoge la exposición permanente del Museu del Disseny "El cuerpo vestido. Siluetas y moda (1550-2015)".
"La Favorita", el largometraje dirigido por Yórgos Lánthimos que se presenta como una de las grandes promesas de la 91 edición de los premios Oscar, que tendrá lugar este domingo 24 de febrero, es una superproducción de época que acumula ya 10 premios BAFTA y 10 nominaciones al Oscar. Destacan la de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz, Mejor Actriz Secundaria, Mejor Guión Original, Mejor Fotografía y, por supuesto, Mejor Diseño de Vestuario para Sandy Powell (que cuenta ya con 3 Oscar). Y es que el filme, además de escenificar un universo de poder femenino en el que los hombres pasan a ocupar el papel secundario que históricamente se ha atribuído a las mujeres, es también una oda al vestido.
Una inversión del patriarcado que acaba degenerando en pesadilla, no ausenta de una belleza visceral. El vestuario, que presume de ser históricamente inexacto, consiste en una sucesión de referencias al arte y a la literatura de la época y a las alusiones anacrónicas del director: pinturas holandesas del siglo XVII y la película "Gritos y susurros", de Ingmar Bergman (1972). Powell, por otro lado, se sirve de la paleta de colores minimalista presente en "El contrato del dibujante" (1982): “Un vestuario de la época hubiera tenido más adornos, más bordados, más tejidos suntuosos y más colores pero decidí recurrir a las telas básicas y asequibles para concentrarme en las siluetas”, explicaba a Fashionista.
Y es que el vestido tiene ese poder: modifica la apariencia del cuerpo y la amplia, alarga, perfila, destapa. Juega con las siluetas a través de acciones que las comprimen y las liberan, desde el siglo XVI hasta el día de hoy. Compruébalo en primera persona en la exposición permanente "El cuerpo vestido. Siluetas y moda (1550-2015)" y en la col·lección en línea de Indumentaria histórica del Museu. Y, si no lo has hecho ya, te recomendamos acercarte a tu cine más cercano a ver "La Favorita".