«Hoy conviven muchas formas de entender el diseño gracias a la apertura de la disciplina»

Con un currículum impresionante que incluye, entre otros títulos, licenciaturas en Geografía e Historia, en Comunicación Audiovisual y en Publicidad y Relaciones Públicas, varios másteres y un doctorado, Raquel Pelta se dedica desde 1998 a la docencia y a la investigación del diseño y la historia del diseño. Galardonada con premios como el Gràffica 2011 y el Laus de Honor 2015 por su larga e intensa trayectoria en el mundo del diseño, Pelta es la comisaria de la nueva exposición permanente del Museo del Diseño.

¿Qué sensaciones tienes tras la apertura de la exposición?

La sensación que tengo, simplemente, es la de que el trabajo está terminado y ahora hay que continuar con otros proyectos.

Hay muchas horas de trabajo detrás de esta muestra y considero que hay piezas muy interesantes y representativas de un momento de la historia del diseño, que reflejan también los cambios sociales de un periodo que, como todos, está lleno de luces y sombras pero del que destacaría su vitalidad y el hecho de que supuso la consolidación de la profesión.

¿Nos podrías explicar brevemente cómo se inició y cuáles han sido las principales fases de creación de la exposición?

Se inició con el encargo que me hizo Pilar Vélez, directora del Museo del Diseño, en mayo de 2016.

Como en todas las exposiciones, la primera fase fue la de elaboración de un guión y del listado de piezas. La localización de piezas supuso un trabajo de investigación para comprobar autores, fechas y, lo que es más importante, que todavía existían.

Una vez recogidas en sus lugares correspondientes, el equipo del Museo las catalogó y comenzó el proceso de restauración de aquellas que no se encontraban en el estado de conservación adecuado para exponerlas.

En paralelo se realizó un montaje previo para ver cómo funcionaban visualmente las distintas obras cuando estaban juntas: la forma de interactuar de las piezas entre sí es esencial; hay que jugar con los colores, tamaños, etc.

Después ya vino el montaje definitivo que normalmente se realiza unos días antes (en este caso un mes) de la apertura de la exposición, ya con los montadores, restauradores, conservadores y el coordinador del Museo. Este montaje supone, también, escribir los textos que explican aspectos esenciales de la muestra y elaborar los carteles que contienen información relevante sobre las obras. Es una tarea bastante difícil porque hay que sintetizar mucho y dejar solo los aspectos esenciales.

En fin, que una exposición es un trabajo largo (en esta yo he invertido alrededor de 1.800 horas sin contar toda la investigación previa, a la que he dedicado años) y en equipo, porque intervienen muchas personas en todo el proceso.

¿Qué se quiere transmitir con «¿Diseñas o trabajas?», el título de la exposición?

Parte de una expresión popular (a partir de «¿estudias o trabajas?», frase tópica que se empleaba para ligar), divulgada por los medios de comunicación y que a los diseñadores no les hacía ninguna gracia por lo que suponía de frivolización de una profesión en la que se trabaja muchas horas y no siempre fácilmente porque había y sigue habiendo mucho desconocimiento sobre lo que es diseñar y lo que comporta. Tampoco es una profesión especialmente bien pagada, aunque en aquella época las tarifas eran más altas que hoy en día.

¿Alguna anécdota o sorpresa durante el proceso de creación de la exposición?

Ninguna en especial. Los descubrimientos o sorpresas se producen cuando estás haciendo una investigación, pero en este caso la investigación estaba ya hecha, puesto que el diseño contemporáneo es uno de los temas con los que trabajo desde hace veinte años.

Algunas de las piezas que se habían seleccionado al principio ya no existen porque las empresas o los autores no las conservan; pero es algo que entra dentro de la normalidad de las exposiciones de diseño. Por otra parte, la exposición no está planteada como una exposición de autores, sino de piezas representativas de un acontecimiento, una corriente estética, una forma de entender el diseño determinada… Por lo que si una pieza ya no existe, siempre hay otra con la que se puede contar lo mismo.

Más de 600 piezas de más de 200 profesionales… ¿Cuál crees que es más representativa del boom del diseño?

El boom del diseño fue un fenómeno provocado por la atención que los medios de comunicación prestaron al diseño durante los años ochenta y hasta 1992. Fue ajeno a los propios diseñadores que ni lo fomentaron ni lo buscaron.

Por lo tanto, en esta exposición no hay ninguna pieza que, como tal, sea representativa del boom del diseño. Lo que representan estas piezas son acontecimientos, corrientes de diseño, formas de trabajar… de distintos profesionales.

¿Cómo definirías o explicarías este periodo de la historia del diseño y qué lo diferencia del momento actual?

Los años ochenta fueron una etapa de una gran vitalidad para el diseño gráfico en España. Se partía del trabajo de los pioneros, pero estaba todo por hacer porque coincidió con un momento en el que las instituciones, nacidas bajo el signo de la democracia, eran conscientes de que tenían que comunicarse con los ciudadanos y las empresas de que entraban a competir en los mercados internacionales.

Los noventa empezaron con grandes acontecimientos y siguieron con la incorporación del ordenador a la creación y producción del diseño. El diseño aguantó la crisis económica posolímpica y la profesión se fue normalizando.

Esos veinte años fueron los de la irrupción del pensamiento posmoderno, si bien en el Estado español eran pocos los que estaban al corriente de las ideas (aunque sí de la estética y de ciertos planteamientos). Se produjo una apertura de la disciplina y el resultado de esa apertura es nuestro momento actual, en el que conviven muchas formas de entender el diseño, hay un proceso de intelectualización de la profesión y han aparecido enfoques y ámbitos de práctica nuevos: desde el diseño web y de apps hasta el diseño de servicios, el diseño para el cambio de comportamiento o el diseño social, entre otros.

¿Qué dirías a los jóvenes estudiantes de diseño o a los diseñadores que empiezan para animarles a ver la exposición?

Quienes estudian diseño se sorprenderán con muchas de las piezas y conocerán mejor la que va a ser su profesión. Considero que para los diseñadores profesionales ofrece una perspectiva amplia de una época que algunos de ellos han vivido y les puede permitir reflexionar sobre el papel que ellos mismos han tenido en los cambios vividos por la profesión.

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