"La cultura material refleja las maneras de sentir y vivir". Entrevista con Paula García-Masedo

El trabajo de Paula García-Masedo está protagonizado por la capacidad de los objetos, seres y territorios de conformar maneras de vivir. El artista, que ha estudiado arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid además del Programa de Estudios Independientes del MACBA, ha estado presente en centros como La Casa Encendida de Madrid, la Twin Gallery de Madrid o la Blueproject Foundation de Barcelona. Ahora se estrena al Diseño Hub a través del proyecto Creación y Museos del Festival Grec, con “Dido”, una coproducción de Hangar y el Museu del Disseny con la colaboración del Museu Molí Paperer de Capellades. Hablamos con ella sobre esta pieza y sobre su trayectoria.  

Dido pone atención en aquello material y espacial de un elemento destacado de las artes decorativas occidentales, el tapiz. ¿Por qué has escogido esta pieza y, más concretamente, la del tapiz de la Reina DIDO del museo?

La cultura material refleja las maneras de sentir y vivir, y la relación con el territorio y el tiempo donde se da. La condición sincrética de la Edad Media, en la cual cabía simultáneamente una espiritualidad cristiana y una pagana, no hacía posible asumir un dominio humano sobre el no humano, sino que suponía al “natural” características del maravilloso y del interdependiente, aunque esto se diera simultáneamente a creencias que situaban al hombre como cúspide de la creación divina. Como parte de su cultura material, los tapices tardomedievales, en su representación del vegetal y en el uso de materias de origen orgánico en su composición, tanto en los tintes como en los tejidos, presentan nociones de estas maneras de pensar con estéticas propias. Estas son presentes también en objetos más populares, como los ajuares, y los contenidos alegóricos asociados a este lenguaje “natural” llegan al menos hasta el siglo XX a través del folclore. Así en el tapiz encuentro una forma de representación premoderna europea a los contenidos simbólicos de la cual fantasmagóricamente todavía son presentes en la actualidad. La reina Dido presenta este tipo de representación floral, además de este tipo de composición material. Al estudiar el mito representado, ha estado muy bonito encontrar en Dido una figura poderosa que, a pesar de que se ve afectada por tareas reproductivas y afectivas atadas al hecho de ser definida como mujer, no pierde una fuerte voluntad.

¿Por qué es tanto importando el papel de lino en contraposición con el material textil de la industria actual?

El lino es un material que tiene una gran fuerza vital y que forma parte de la historia de nuestros territorios. Era cultivado en los pueblos e hilado y tejido por las mujeres. Encontramos hoy su rastro en aquellas tierras que se denominan todavía en el habla rural del lino, y en las sábanas bordadas que se conservan en algunas familias. El lino une nuestra historia colectiva e individual con el territorio. Es una planta dura que exigía mucho trabajo campesino y mucho trabajo reproductivo. Y con él ecosistemas y mandatos sociales. Con antiguas sábanas de telar manual hemos elaborado la pulpa de papel en el molino de Capellades. El papel hasta la llegada de los materiales actuales se elaboraba a partir de los trapos viejos que se recogían en pueblos y ciudades, según la economía del aprovechamiento que caracterizaba al preindustrial. En este material y proceso encuentro una fuerte carga simbólica, estética y política que remite en el territorio como una entidad viva, que no cuenta con representación en los sistemas políticos modernos y occidentales, y la fragilidad de los cuales es enorme.

En esta pieza el proceso artístico parte del proceso tradicional de producción de papel artesanal, desbordándolo para formar trapos grandes y delgados. ¿Qué significado toman para ti estas piezas?

Con este proceso, como en otros que sigo, he atendido las características del material y de sus técnicas para encontrar su forma expresiva. Buscaba darle entidad escultórica y especialmente hacerle coger relación con el cuerpo, quizás porque tiene una calidad superficial que me hace percibirlo como una piel, un límite, una forma de arquitectura frágil, que presenta porosidad hacia el entorno. Tiende más al bidimensional que al tridimensional y es sumamente delicado. No se aguanta por sí mismo, así que esto ha llevado al hecho que la forma resultara de la expresión de su estructura: según se cuelgue, adquiere una forma. Pensaba en los diagramas de momento de una viga: en el caso del papel estos diagramas, es decir, la deformación es perceptible.

¿Sobre tu experiencia al Hangar, en que se ha basado o focalizado?

Como artista residente y en particular gracias a la coproducción con Hangar, he podido trabajar con Pense en la producción de esta pieza. Es muy interesante colaborar de forma tan orgánica en cuanto a la construcción de las estructuras de hierro que tienen algunas de mis piezas, ajustando los detalles constructivos y trabajando la estructura progresivamente a lo largo del proceso. Por otro lado, estar en Hangar es estar en Barcelona y sus comunidades, y por tanto cerca de Capellades, con lo cual ha facilitado el trabajo con Victòria Rabal en el molino. Victoria ha sido muy generosa y de ella he aprendido mucho.

¿Qué proyectos tienes encarados en un futuro?

Ahora estoy trabajando en una pieza que formará parte de la exposición comisariada por Nuria Gómez Gabriel en La Capella: "Ángel peligrosamente búho". Esta pieza es una iteración de otro trabajo que mostré recientemente al TEA: “Nada separado”. Es una obra hecha de agar, en la cual busco este lugar diferencial entre lo materialmente cargado y lo que en apariencia no lo está. Un respiradero, una branquia. El próximo año, además continuaré mi trabajo con papel, formalizado en una serie de obras que las denomino con la palabra ‘acumulador’. Una de estas piezas se muestra ahora en el Centro de Interpretación de Nuevo Baztán, en la Comunidad de Madrid, dentro del programa “Mutaciones” comisariado por Sergio Rubira.

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