«La moda es escapismo en lo que se refiere a fantasía e ilusión, pero a la vez quiere cambiar la apariencia de la persona»

Sílvia Ventosa, comisaria de la exposición permanente «El cuerpo vestido. Siluetas y moda, 1550-2015» y responsable del Departamento de Textil y Moda del Museo del Diseño.

Después de participar y trabajar en las diferentes etapas que ha vivido la colección de la indumentaria y del textil del Museo del Diseño, ¿en qué punto se encuentra ahora mismo la colección?

La colección se encuentra en un buen momento. Las piezas que han llegado al Museo se están revisando una a una, limpiándolas y documentándolas para guardarlas en las mejores condiciones y ampliar su conocimiento para futuros proyectos.

De toda la colección, ¿qué piezas cree que han marcado un antes y un después en la historia de la moda?

En «El cuerpo vestido» hay una serie de prendas de la exposición y de la colección que se distancian 50 años unas de otras. Cabe destacar el vestido dorado de Worth, de 1858, la túnica Delphos de Mariano Fortuny, de 1908, el traje de Cristóbal Balenciaga llamado de cola de pavo real, de 1958, el vestido verde con cola de Josep Font, de 2008, y el vestido España de Sybilla, de 1992 .

A la exposición permanente «El cuerpo vestido» se le suman doce piezas nuevas. ¿Bajo qué criterios han sido seleccionadas?

Las piezas responden a la necesidad de incorporar marcas y diseñadores que no estaban presentes en la exposición, como es el caso de Armand Basi, Lydia Delgado, Emilio de la Morena, Isometric, Krizia Robustella, Brain & Beast, Carlotaoms y Celia Vela. También quiere llegar a la contemporaneidad, con diseñadores muy jóvenes ganadores de los últimos premios 080. Incorpora streetwear, moda relacionada con el mundo del deporte, modelos agender, que representan las últimas tendencias en moda.

De estas doce nuevas adquisiciones, ¿cuál destaca sobre las demás?

No es nada fácil elegir solo una, si bien es cierto que algunas cuentan con un gran reconocimiento internacional, como en el caso de Sybilla y Markus Lupfer, el diseñador de las dos piezas de Armand Basi.

El diseñador de moda Alexander McQueen considera que «la moda debería ser una forma de escapismo, no de encarcelamiento». ¿Qué piensa de tal afirmación?

El encarcelamiento puede ser físico o mental. La moda es escapismo en lo que se refiere a fantasía e ilusión, pero a la vez quiere cambiar la apariencia de la persona, de acuerdo con los cánones de belleza de cada época. A veces, estos no son respetuosos con las formas naturales del cuerpo: lo comprimen con corsés, lo alargan con zapatos de tacones, lo amplían con faldas sustentadas sobre miriñaques, etc.

Reducir, ampliar, alargar, perfilar, destapar… ¿Hacia qué nueva etapa se dirige la moda actual?

La moda actual engloba todas las acciones que hacemos sobre el cuerpo, pero con una particularidad: modificamos no solo la forma sino que también actuamos sobre la piel —tatuajes y piercings— y el cuerpo: sacamos costillas, muelas o huesos de los pies, nos hacemos cirugía estética para modificar caderas, estómago o pechos. La obsesión generalizada por luchar contra el envejecimiento y el sobrepeso va más allá del vestido, y marca las nuevas tendencias de moda.

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