«Los fondos documentales permiten conocer mejor los objetos del Museo del Diseño»
Albert Díaz Mota es responsable del Centro de Documentación del Museo del Diseño de Barcelona, proyecto en el que lleva trabajando desde hace más de 10 años. Nos cuenta cómo es el día a día de este espacio vinculado a la investigación.
El Centro acumula actualmente más de 200.000 documentos. ¿Cuál es la clave a la hora de preservar y comunicar todo este patrimonio documental?
La clave es precisamente no pensar en acumular. Si antes se medía la relevancia de una biblioteca o archivo por la magnitud de sus fondos y colecciones documentales, hoy en día lo que se valora es lo que hacemos con ellos para acercarlos a la gente y convertirlos en recursos realmente útiles. Lo que perseguimos es que tanto los trabajadores del Museu como los ciudadanos que se acerquen, físicamente o a través de Internet, tengan las herramientas necesarias para conocer mejor los objetos que se conservan en el Museu, estudiarlos y comprenderlos, así como relacionarlos con otros. Y eso no depende tanto del número de documentos como de su calidad y adecuación a estos objetivos y del trabajo que hacemos con ellos.
El año pasado utilizaron el Centro alrededor de 7.000 visitantes. ¿Cuál es el perfil de usuario del Centro de Documentación y qué vínculos establecéis con él?
Somos un centro especializado, pero abierto a todos los ciudadanos, así que el perfil es muy variado. En primer lugar, está todo el equipo de trabajadores del Museu y del resto de entidades con sede en el Disseny Hub Barcelona: conservadores, programadores, comunicadores, etc. En segundo lugar encontramos a los estudiantes y profesores de las diferentes escuelas de diseño, así como investigadores procedentes de diferentes universidades. En tercer lugar, todas las profesiones que giran alrededor del diseño, desde los propios diseñadores hasta los periodistas o restauradores. Finalmente, atendemos también a los ciudadanos que visitan las exposiciones o participan en las actividades del Museu.
¿Todos ellos utilizan el carné del Centro?
Ahora mismo contamos con una comunidad de más de 4.000 personas que disponen del carné del Centro, una cifra que crece constantemente. El carné permite llevarse libros y revistas en préstamo, acceder a algunos contenidos de forma más controlada, etc. A partir de este año, después de haber digitalizado más de 140.000 páginas de libros antiguos y de documentos de archivo, esperamos llegar a más y más gente a través de los canales web del Museo.
Te hemos visto viajar por todo el territorio explicando vuestra experiencia y descubriendo nuevas vías de preservar y presentar un archivo de diseño. ¿Con qué centros de documentación a nivel mundial te quedas?
Tengo muchas visitas pendientes, ¡pero es que nuestra actividad es frenética! En relación con el diseño, un referente incuestionable son los archivos de diseño de la University of Brighton. Pero me interesan especialmente aquellas instituciones donde se dan conjuntamente las funciones de museo, archivo y biblioteca, y por ello destacaría las bibliotecas y archivos del Musée des Arts Décoratifs de París, del MoMA de Nueva York y la National Art Library de Londres. Me gusta también la FIT's Library de Nueva York, por la gran cantidad de recursos destinados a la enseñanza de los diseñadores. En Cataluña, respetamos mucho el trabajo que hacen el Col·legi d’Arquitectes y el MACBA, tanto la biblioteca como el archivo. Y no puedo dejar de hablar del esfuerzo diario que se hace en las bibliotecas y archivos de los museos de la ciudad de Barcelona, como el MUHBA, el Museo de la Música o el Museo Etnológico, entre otros muchos otros centros.
De entre los miles de documentos y publicaciones, seguro que hay uno que te ha llamado la atención. ¿Cuál es?
Fijarse en uno solo es imposible. De los documentos con diseños destacaría el archivo del diseñador André Ricard en general, con la antorcha olímpica de Barcelona’92 y, especialmente, la llama de la antorcha (la intensidad, el color, la forma). De los documentos con un proceso de diseño, me llama mucho la atención el del logo de ISDIN de Yves Zimmermann. También destacaría los libros con diseños de Paul Poiret ilustrados por Paul Iribe y Georges Lepape en 1908 y 1911 respectivamente, o cualquiera de los más de 7.000 grabados de moda, que aún estamos inventariando.
Finalmente, hablemos del futuro de la investigación en diseño. ¿Qué novedades planteáis para este 2018?
Estamos trabajando en tres proyectos relacionados de los que espero que se vean los primeros resultados a finales de 2018. El primero lo hemos llamado Objetos Enlazados. Se trata de un portal web que permitirá conocer mejor algunas de las piezas que forman parte de las colecciones del Museu y que pondrá por primera vez en relación los objetos del Museo con documentos de archivo y de biblioteca procedentes del Centro de documentación.
El segundo es un proyecto de memoria oral con el que empezaremos muy pronto a recoger testimonios de algunos de los referentes de nuestro diseño, siempre con las colecciones del Museo como vínculo y punto de partida.
En tercer lugar, después de dos años de trabajar y ponerlo a prueba con algunas escuelas, muy pronto empezaremos a poner conjuntos de documentos y material de archivo a disposición de los centros que hacen formación en diseño, con el fin de que puedan realizar clases en nuestro centro, con documentos que incluirán proyectos y material de trabajo original de algunos de los diseñadores más relevantes de nuestro país.