“Nunca voy a dejar de ser un artista urbano, la calle es el lugar donde me siento yo mismo”. Entrevista a Tvboy

Rosalía, Messi, Joe Biden o Alexia Putellas son algunos de los protagonistas de las obras de Tvboy. Provocador, irreverente, sus obras son un reflejo ácido de lo que pasa alrededor del mundo. Ahora lleva su particular arte urbano al Disseny Hub en una muestra que se puede visitar de manera gratuita hasta el 11 de septiembre. Hablamos con él sobre esta exposición y su trabajo en esta nueva entrevista.

Tvboy es el nombre de una marca, de un artista, de un equipo... ¿Pero ¿quién es Tvboy en realidad?

Yo creo que Tvboy es simplemente mi alter ego. Empezó todo como una etiqueta, al ser artista urbano no quería firmar con mi nombre real, y más tarde se transformó en un icono y en un símbolo de mi generación, la que creció mirando mucha televisión. Éramos los chicos de la tele, ahora son los chicos de los móviles. Pero realmente es un seudónimo y un alter ego que se ha transformado en todo lo que es ahora: una marca.

Has publicado un libro con el título, “La calle es mi museo”. ¿Qué sentido proporciona a tus obras pintadas en la calle, el hecho de exponerlas precisamente en un museo?

Nunca voy a dejar de ser un artista urbano, la calle es el lugar donde me siento yo mismo. Pero empecé a sentir la exigencia de dejar algún tipo de legado y enseñar mis obras en un mismo sitio. Además, también quise preservarlas de la destrucción de alguna manera, ya que todo lo que se hace en la calle tiene una vida muy breve, el arte urbano es efímero. Fue con el inicio de la pandemia que empecé a trabajar sobre tela y a recoger y organizar fotos de mis obras para así poder documentarlo todo. Después de la pandemia hice mi primera exposición en Milán y ahora sigue en Barcelona, mi casa.

¿Cómo has concebido la muestra de “The Invasion” en el Disseny Hub Barcelona?

La hemos pensado como una invasión porque el arte urbano es, de alguna manera, invasivo. Ocupa espacios y, en este caso, mis obras ocupan, invaden un museo. Este concepto lo hemos intentado transformar estéticamente en una exposición ordinaria, dividida en diferentes categorías: amor, héroes, guerra, refugiados, empoderamiento, historia del arte…

En tus obras invitas a la reflexión, a la provocación y al sarcasmo, especialmente vinculado a las desigualdades de la sociedad, pero en cambio te inspiras en los grandes artistas del pasado, como Leonardo, Botticelli y Miquel Ángel. ¿Cómo es tu proceso creativo?

Empecé enamorándome del grafiti cuando tenía 16 años y luego conocí a artistas como Basquiat. Luego pensé: si soy italiano, ¿por qué tengo que mirar a los artistas norte americanos? De esta manera, volví a estudiar a los grandes clásicos italianos. El Renacimiento ofrece algo increíble, me enamora Caravaggio y el arte del período Barroco. Tome estos referentes como mi bagaje cultural, transformándolos, viéndolos con los ojos de hoy en día. Cada obra habla del momento en el que es creada y yo quería ver como se verían estos clásicos en la actualidad. Por ejemplo, en “La creación de Adán” de Miguel Ángel, Adán está distraído mirando el móvil y no atiende a su padre, en la “Última cena” de Leonardo, Jesús y los apóstoles están en el McDonald’s… son cortocircuitos culturales.

Una parte de tus dibujos son de personajes totalmente antagonistas y rivales entre sí que serían incapaces de ser amigos. ¿Podrías ser amigo de personas muy opuestas a ti?

Por supuesto que sí, justo es una reflexión sobre este tema. Yo puedo sentir afinidad con una persona porque tiene mis mismos ideales políticos o inquietudes, pero esto no tiene que dividirme de alguien que piensa distinto a mí. De hecho, mis amigos son totalmente opuestos a mí, nos complementamos. La idea básica de las obras de los besos entre personajes antagónicos es que el amor lo puede todo. Nos vemos muy distintos, pero quizás no lo somos tanto.

Tu ciudad natal es Palermo, pero resides en Barcelona. ¿Por qué te estableciste aquí? ¿Qué te atrajo de ella? ¿Qué influencia tiene sobre tu trabajo?

Nací en Palermo, pero de muy pequeño me mude a Milán y fue allí donde curse mis estudios, fui a la universidad y me gradué en diseño industrial. También fue allí donde conocí a mi mujer, que es de Barcelona, y la seguí en 2005. Me enamoré de la ciudad porque es muy inspiradora, pasan muchas cosas, es muy moderna y abierta, te sientes libre y no juzgado. Como todas las ciudades, tiene sus problemas, pero es un lugar realmente inspirador para un artista. Aquí está mi base y mi estudio, de aquí no me muevo.

¿Qué papel tiene al arte urbano en la actualidad? ¿Te sientes amenazado por algún tipo de censura?

El tema de la censura lo viví mal, sobre todo en los inicios porque en Roma y en Barcelona me censuraron algunas de mis obras. Más tarde entendí que esa era mi fuerza. Al ser censurado se amplifica el mensaje, la gente te apoya más y la obra tiene más repercusión en los medios. Siempre que censuran mi obra, me hacen un favor.

¿Qué proyectos tienes para el futuro?

Tengo un proyecto muy importante: estamos grabando un documental. Empezamos con él en Ucrania y luego en Inglaterra. Seguiremos las pistas de un artista muy famoso. Otro proyecto un poco top secret es cruzar el charco y llevar mi exposición a Estados Unidos. ¡No os puedo adelantar más!

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